La empresa familiar Worlée participa en el mercado internacional de materias primas desde hace más de 160 años. Mucho tiempo en el que sucedieron muchas cosas. Hemos visto llegar y desaparecer crisis económicas y resistimos tiempos difíciles con nuestros clientes y socios. Tiempos en los que se extendió el desempleo en masa y el dinero no valía más que el papel en el que estaba impreso. Tiempos en los que ciudades enteras estaban en ruinas, al igual que nuestro edificio de oficinas, cerca del barrio hamburgués Speicherstadt.
Fueron épocas que exigieron mucho coraje, compromiso y disposición al riesgo para la familia fundadora. Worlée invirtió allí donde, a primera vista, quizá no aguardaban grandes ganancias, y a veces también retrocedió un paso para poder ver todo en conjunto.  El desarrollo sostenible fue siempre más importante que las ganancias a corto plazo. Eso ya lo sabía Emil Heinrich Worlée en los años de la fundación, y también lo sabía Albrecht von Eben-Worlée en la época de la posguerra. Uno era responsable de numerosos colaboradores. Una responsabilidad que se tomaba muy en serio, y que aún continúa tomándose así.